viernes, 13 de marzo de 2015

nos reímos todos

   La era en que fui profesor me dejó innúmeros recuerdos. Entre ellos (me lo contaron) un graffiti en el baño de mujeres: Dictu te amo te quiero coger sos el más lindo. Debajo, otra mano vengadora y tal vez más sabia había contestado: pero si es re puto! En otra ocasión, una alumna hermosa y sexi me entregó con el último examen una carta de amor. Se llamaba Noelia, quería estudiar Psicología, y después de ponerle un nueve inicié con ella una relación que duró tal vez dos meses e incluyó un fin de semana en casa de sus padres en Chivilcoy (donde a mis 27 me hicieron dormir en un cuarto aparte). Rarísimo todo, entre otras cosas porque mi corazón estaba tomado desde hacía tiempo. Pero ella nunca lo supo y mi familia jamás la tomó en serio.
dígalo en voz alta así nos reímos todos
   En la misma línea, se acercó al terminar un cuatrimestre una joven con expresión atormentada y se me declaró.
   -Lo único que podría tener con vos es sexo -le contesté con franca aspereza y la esperanza de desalentarla.
   No lo conseguí y fuimos a garchar a mi cama. Una agitación bastante anodina que la habrá hecho sentir poco apreciada -es lo que ocurría-, y nunca más llamó. Ni de su nombre me acuerdo.
   Con muchachos nunca tuve nada, ni siquiera registré alguno que me tirara onda, pero eran otras épocas -al menos para mí- y no tenía la atención puesta en ellos. No me acuerdo de ninguno que me haya inspirado un qué lindo, qué fuerte que está, qué sexi. Qué lástima.1
   Ahora vuelvo a dar clase, lo que me llena de alegría. No en aulas estrictamente universitarias (no lo conseguí), pero sí ante un alumnado terciario. ¿Qué experiencias me dejará este semestre? ¿quiénes serán mis alumnxs? La clase es un performance, un acting donde se cruzan pasionales energías y en el que aún late el animus docens que alcanzó uno de sus hitos en la παιδεία, hace muchos años, en una lejana galazia. Gracias, mi amor.

1 Pero ya he recuperado terreno, el otro día le contaba a un amante que gracias a él entre otros conocidos de los últimos años no tengo la sensación de haberme perdido oportunidades, una época, etc, es decir no tengo la sensación de haber llegado tarde a la fiesta, que tanto se escucha.